Disculpas. (Flashbacks 10)

viernes, 4 de julio de 2014


 
 «You're trying, there's no need to apologize
I've got no time for feeling sorry»

Kyle seguía allí, de pie, en medio del aparcamiento. Tenía una botella en la mano, y se le cerraban los ojos. Pero no por el sueño dejaba de arrepentirse por lo que había hecho.

Había sido todo tan... rápido. Recordaba haber bailado con Annabelle. En ese momento se había sentido bien, mejor que nunca. Parecía que ella también lo estaba pasando bien. Kyle había visto esa sonrisa nerviosa en su rostro. Hasta que había levantado la mirada. Entonces, todo se había estropeado. Ella había dicho que tenía que sentarse, y no había vuelto.

Miles de preguntas habían inundado la mente de Kyle. ¿Se avergonzaba ella de bailar con él? ¿Es que no quería que les vieran en público? Aunque, claro, también podía haber sido por el hecho de que Annabelle sufriera aquella fobia tan extraña. Lo más probable era eso. Pero, en aquel momento, Kyle había estado cegado por el alcohol y la duda. Y eso había pasado factura.

Había hecho muchas estupideces aquella noche. Había besado a una chica que llevaba siendo su mejor amiga durante años. Había traicionado a la única persona de la que había estado enamorado.

Lo había fastidiado todo. Otra vez. Siempre acababa fastidiándola. Con sus padres, y ahora con Annabelle.

En aquel momento, quería morirse. Quería tirarse de un puente y terminar con todo aquello. Pero sabía que era cosa del alcohol y del sueño, y no quería cometer más errores.

Entonces, escuchó unos pasos tras él.

-¿Se han ido? -dijo una voz familiar. Sintió una punzada en el corazón.

Asintió. Dolía admitirlo. La había perdido.

Jade se puso a su lado y puso su brazo alrededor de los hombros de Kyle.

-Lo siento -susurró.

Él se apartó de ella, hundiéndose cada vez más en su arrepentimiento.

-Jade.

-¿Sí? -ella le miró a los ojos, con expresión de duda.

-Sabes que no siento nada por ti, ¿verdad?

Ella hizo un suave movimiento de cabeza de arriba a abajo. Sí, lo sé.

-¿Y sabes que ese beso no ha significado nada?

Jade sintió que algo dentro de ella se rompía. Ella también tenía sentimientos, y a veces la gente parecía olvidarlo. Pero, al ser Kyle, tuvo que perdonarle.

-Sí, lo sé.

Él asintió. Ella sintió que debía decírselo. Era el momento perfecto para confesarlo.

-Es solo que... llevo enamorada de ti desde los diez años. Nunca te has dado cuenta. Estabas tan ciego... Siempre me presentabas a tus novias. Siempre me rompía cada vez que te veía con alguien que no era yo. Pero para ti eso ha sido difícil de ver, ¿verdad?

-Yo...

-Espera. Esta noche, cuando Annabelle se mareó o lo que quiera que le pasara, pensé que podía ser mi oportunidad. Pensé que ya te habrías cansado de ella, o ella de ti. Aunque siempre eres tú el que se acaba cansando. Te iba a contar esto al final de la noche, Kyle. No esperaba que me besaras. Eso fue decisión tuya. No te creía capaz, creí que iba a tener que ser yo la que llevara la iniciativa. Olvidaba por un momento quién eres. Pero... Ahora me dices que ese beso no ha significado nada. Me das esperanzas para luego romperlas.

La mirada de Kyle estaba perdida. Sus ojos miraban hacia las estrellas, pero en realidad su mente estaba mucho más lejos. De modo que él era siempre el que hería a las personas. Y Jade era solo una persona más en la lista de víctimas.

-Lo siento.

-Sé que lo sientes. Pero eso no sirve de nada.

Kyle asintió.

-Lo sé. Y también lo siento.

Ella sonrió, con las lágrimas inundando sus ojos.

-Dices mucho que lo sientes.

-Lo siento.

Los dos rieron. Entonces él la miró a los ojos, y apartó un mechón de cabello celeste de su rostro. Ella era preciosa.

-Escucha. Tú eres genial. Y yo soy estúpido por haberte hecho sufrir, lo sé, pero es que... yo ya estoy enamorado sin remedio de Annabelle. Pero tú vas a encontrar a alguien, estoy seguro, y será alguien que merezca que le quieras, que te valore y no te haga sufrir. Encontrarás a alguien que no sea como yo, y serás feliz.

Ella sonrió de nuevo, mirando a los ojos grises de él. Las lágrimas surcaban su mejilla, tan saladas como el agua de mar en su pelo.

-Gracias. Eres una buena persona. Annabelle tiene suerte de tenerte.

-Gracias.

Annabelle es desgraciada por tenerme, pensó él. No había hecho más que herirla. Y sabía que lo que había hecho no tenía perdón.

-Ven aquí -dijo ella, y los dos se fundieron en un abrazo, como cuando tenían ocho años, se peleaban por cualquier tontería y acababan perdonándose a los cinco minutos. Solo que aquello era mucho más serio. Y había acabado con él. Del todo.

-Parece que volvemos a tener ocho años -comentó él.

Sintió la risa de Jade contra su pecho.

-Aún me acuerdo de lo estúpido e infantil que eras. Lo sigues siendo.

A veces, las bromas llevan algo de verdad. Esa broma lo llevaba. Kyle lo supo.

-Oh, cállate -dijo él, riendo.

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